"Los momentos que precedieron a tu llegada, mil sentimientos se agolpaban en mi mente, todos me llevaban a tratar de dilucidar cómo sería esta experiencia de “mamá” de quien no había nacido en esta tierra., ¿Qué debía decirte? - ¿Qué debía hacer?- para que tú sintieras que en mí estaban los mejores deseos de hacerlo bien. En medio de mis desordenadas reflexiones, casi no escuché tu nombre cuando nos nombraron, sobresaltada entre sentimientos y ansiedad no supe cómo ni cuando te tenía a mi lado mirándome con esos ojitos tanto o más asustados que los míos..
En la primera cruzada de nuestra vista, supe que Mother, Mutti o Mamá, es una palabra mágica que cuando la escuchas, te indica el camino, ya no hubo dudas ni sobresaltos, supe que debía arrullarte para dejar salir esa pena que te embargaba al sentirte lejos de tus amores. Había tanta ternura en esas lágrimas que derramaste durante dos días, lágrimas de añoranza que luchaban por demostrar que a pesar que no podías contenerlas, eras una "niña grande”, que se había atrevido a enfrentar un mundo tan ajeno a tus orígenes.
Un mundo que daba muestra de poco amigo, un mundo que le negaba el único medio de contactarse con los que había dejado atrás - su computador – el cual no pudo conectarse hasta 2 semanas después de su llegada.
Hoy, cuando las barreras ya no existen, el computador funciona, y hay contacto con los tuyos, doy gracias al “Gran Hacedor” que desde las alturas rige nuestras vidas, por haberte traído hasta mi hogar. Tú ya no estás triste, y yo sé que ser MAMÁ, es lo más hermoso con lo que la vida te puede premiar.
También sé, que aquella Erin que entró en mi hogar un 5 agosto, no será la misma que dejará nuestro suelo en el próximo mes de diciembre, pues, aquellas lágrimas de los primeros días, se transformaron en sonrisa, los mil temores que la invadían, hoy son muestra de confianza que manifiesta trayendo a casa a sus amigos y compañeros, con quienes ríe y planifica mientras su madre hawaiana le recuerda al otro lado de la línea que con el entusiasmo está olvidando de practicar el idioma que la trajo a Chile, es éste – su hogar chileno – el testigo de su felicidad por haber dado tan grande paso, desde aquí organiza sus días, desde aquí, va tejiendo el itinerario del cumplimiento de sus sueños – viajar -, hoy la Serena, mañana Argentina, la próxima semana Isla de Pascua, luego ...., vaya, le faltarán días, para conocer todo lo que ella desea y así, ahora lo expresa, ya no quiere que llegue diciembre, comenta mientras con el mismo entusiasmo ayuda en la cocina, en la mesa, en todo lo que se requiere ella está con esa tierna sonrisa de quien siente, que éste, es para ella también un hogar, dice cuánto quisiera estirar el tiempo para seguir viviendo este Chile que ella no imaginaba, y que hoy no le resulta fácil dejar.
Y por qué no confesarlo, es también mi sentimiento, y en ello involucro a toda mi familia, pues el espacio que dejará Erin a su partida, no será fácil de llenar, la extrañaremos, tendremos que aprender a vivir con su añoranza, puesto que no sólo ella será otra al partir, nosotros, ya somos otros gracias a su presencia, y nos gusta y mucho serlo.
Por ello:Ella desde su mundo hawaiano y yo desde este lejano punto del planeta, podremos gritar al mundo que con amor, no hay barreras geográficas, ni idiomáticas ni culturales, el amor une al ser humano en un abrazo que no sabe de raza, de lenguas ni de ideología, el amor es uno, es sólo AMOR.
.......Para siempre en nuestros corazones ERIN!!!!!!!!"
Tu madre Chilena...
Madgalena Alarcón & Familia